domingo, 27 de noviembre de 2011

Huesos! Huesos! Tú eres sólo huesos, unidos por muy poca piel....

Recuerdo cuando Angelina Jolie sacaba de mi lo peor... envidia nada sana cuando la miraba y realmente me daba cuenta de lo guapa que era.

Esos lábios naturales que parecian caricaturados, una cara estructuralmente perfecta, un cuerpo armónico con curvas ajustadas a su constitución... y ahora miro y remiro y no veo nada....dónde estáAngelina Jolie? Ahora la miro y reconozco que el entrecejo se me arruga mientras mi cerebro intenta buscar alguna de las imágenes guardadas en el disco duro natural... No found!

Qué ha pasado con esta mujer y su potencial? Resulta  que mide 1,73 y pesa 44 kilos. Entre profesionales sabemos que esto significa un índice de masa corporal de 14,7; teniendo en cuenta que el riesgo biológico ya existe cuando éste es igual o inferior a 17- yo no se vosotros- pero si estuviera en mi consulta el diagnóstico seria claro y de ingreso. Esto sólo concierne a la parte más nutricional, pero como no puede dejar de existir la psicológica-emocional, resulta que a nivel de conducta esta mujer está consumiendo sólo unas 600 kcal al día... vamos, lo que viene a ser una cervecita y unas patatitas de bolsa de las que caen antes de cenar. Su explicación de porqué está infra alimentándose es porque no tiene tiempo, o simplemente se le olvida comer. La explicación de personas de su entorno que se encuentran preocupadas es que ocupa muchas horas, tal como 4 diarias, a la práctica de ejercicio físico. Su patrón de alimentación es restrictivo con ayunos prolongados...
Un pez que se muerde la cola, y unos argumentos patológicos que todavía catalizan más el trastorno alimentario. Me imagino que muchas de la mujeres de este mundo, trabajadoras, madres, etc. también construyen su mundo como ocupado-estresado y con poco tiempo, pero no dejamos de comer, o bien lidiamos con el factor tiempo y la necesidad de sentirnos bien.

A todo esto resulta que otra noticia, está más en el panorama nacional, también me ha hecho levantar una de mis cejas. Doña Letizia aparecía en unas imágenes de prensa vestida con un manto de piel sobre su esqueleto y un recogido muy mono- todo hay que decirlo- mostrando todo su esplendor famélico. Imagen pública que es exaltada con palabras como elegancia y belleza en el pié de foto, son adjetivos que considero poco acertados para una foto escuálida. 

Me indigna leer justificaciones del tipo "No ha escogido bien el vestuario", o "se trata de un efecto doble óptico", o "el teleobjetivo se encontraba a muchos metros". Sinceramente lo que está a muchos metros de esta señora es un buen plato de macarrones con tomate.

Otras actrices de Hollywood como Megan Fox, Vistoria Beckam y Demi Moore también están sucumbiendo a este mundo de flacas desnutridas y demacradas, que lejos de proyectarse como mujeres guapas y con poder de convicción, hace que se muestren como enfermas de cristal, frágiles e inseguras.

Ya está bien de tallas cero para mujeres adultas y maduras!!!

Creo que debemos forjar un mundo donde las mujeres en general muestren lo que son no por la talla y el físico que tienen.
Creo sinceramente y de todo corazón, que la gran mayoría de la población dice esto pero no lo siente, socialmente no dejamos espacio a poderlo sentir- y por desgracia o por suerte- sólo nosotras tenemos el poder de creerlo y sentirlo. Te animas?

jueves, 17 de noviembre de 2011

Desfile de Victoria's Secret, el desfile del hambre.


Este miercoles, mientras me esforzaba en remover mi cortado matutino en mi cafetería preferida, he escuchado en el primer telenoticias del día, que se repetía el desfile de Victoria's secret.

Desfile de imponentes Top Models que cada año, bajo las directrices de una marca de ropa interior, marchan con paso firme hacia la fama social.

Hasta aquí, la información proporcionada por el adormilado periodista no ha hecho que mi rutina prelaboral se viera afectada. Sólo me he quedado atónita cuando éste ha empezado a describir todas las atrocidades que estos "angelitos" han llevado a cabo des de hace aproximadamente 9 meses.

El informador, igual de estupefacto que el resto de humanos que le escuchábamos, nos hacía saber cuáles eran las peripecias de las envidiadas, perfectas, esbeltas, trabajadas y maravillosas angelitas.

9 meses como mínimo esculpiendo sus cuerpos en gimnasios con entrenadores personales poniendo toda la carne en el asador. Dieta estricta semanas anteriores vigiladas por nutricionistas bien pagados capaces de venderse al diablo de la modelización. Dieta de batidos proteicos una semana antes y ayuno total 12 antes del desfile... El resultado... según muchas personas de nuestra sociedad, la perfección hecho cuerpo.

Una mesa de mujeres de nuestro mundo real, sentadas justo detrás y que desayunaban mientras esperaban la hora de ir a trabajar, comentaban lo desafortunado de éstas palabras en un medio de comunicación de masas como la televisión. Yo, más allá de ésto, intentaba entender lo "desequilibrado" de todo lo demás.

Y pienso: ¿es una noticia tan importante el desfile de Victoria Secret's?, ¿Es necesario que salga en un telediario las peripecias de estas modelos?, ¿Es imprescindible que la sociedad, sobre todo los grupos más sensible con este tema del cuerpo y la figura, sepan de estas torturas-atrocidades?, ¿somos conscientes de qué estamos haciendo y construyendo socialmente?

Que si dietas hiperproteicas milagrosas tipo Dukan que calman la sedienta necesidad de gratificación inmediata de la personas de nuestro mundo, que si cremas y potingas varias adelgazantas, reafirmantes, acelerantes y moldeantes de nuestro cuerpo imperfecto, que si ejercicios físicos específicos para eliminar y reducir las cartucheras y la piel de naranja, que si fajas, corses y otros utensilios de martirio íntimo que estiran y aprietan estructuras corporales innombrables, que si.....

Me permito hacer un pequeño reproche a mi conciencia mientras me como unas galletas cuando llego al trabajo; me digo: "debería comer menos, esto seguro que no me va a permitir participar el año que viene en el desfile de Victoria's..." mientras una sonrisa cómplice conmigo misma se dibuja en mi cara.

Pienso: "los ángeles al cielo, y las mujeres reales al terreno", ya está bien de tanto desfile del hambre... con lo bonito que es desfilar por la vida sin tener que esculpir nuestros cuerpos.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Los atracones no entienden de género

Quién esté libre de trastorno de la conducta alimentaria (TCA) que tire la primera piedra.

Sinceramente, la mayoría de personas de nuestra sociedad tiene una relación "especial" con su alimentación, o mejor dicho, utiliza ésta, no sólo como un mecanismo para alimentarse.

Este tipo de conductas se encuentran normalizadas en nuestra sociedad- el grado de aceptación es congruente con la gravedad y la distorsión que causa en la vida de la persona y en su entorno- pero en definitiva tipificadas como "aceptadas".

Me doy cuenta porque en muchas de las conferencias informativas sobre TCA que hago, me encuentro personas- tanto hombres como mujeres- que después de escuchar atentamente de qué y cómo están "hechos" los trastornos alimentarios, me preguntan: "pero esto es normal hacerlo de vez en cuando, no?" " quién no se ha comido media tableta de chocolate después de un mal día?"
A lo que siempre respondo: Pues no, no es normal. Es normal que me coma media tableta de chocolate porque yo quiero, es normal que lo haga porque me apetece, porque yo lo valgo, porque decido que hoy es un buen día para darme un homenaje, porque es un sabor que me gusta, porque hoy he decidido que es el día mundial del chocolate, porque... ahora, no es normal que me coma media tableta de chocolate para solucionar un mal día, para anestesiar emocionalmente un malestar, para disminuir mi frustración, para decir lo que no me he atrevido a decir en su momento, para relajarme, para evadirme, para...etc, etc, etc.

Eso no es normal, aunque socialmente, vuelvo a repetir, este tipo de comportamientos transijan. Cuántas películas y series de TV, sobe todo americanas, hemos visto que tras un problema o disgusto emocional- mujeres, cuál zombie de Walking Dead- se lanzan sobre un helado de cookies de chocolate tamaño King size, anestesiando así su dolor psicológico.

Los trastornos de la conducta alimentaria se encuentran en nuestra sociedad y en nuestro mundo real mucho más naturalizados de lo que nos creemos. No muy lejos de la anorexia y la bulimia nerviosa- quizás los más conocidos y los más sintomáticos- existen muchos otros tipos de trastornos relacionados con el tipo de relación que mantenemos con la comida (trastorno por atracón, trastorno del comedor compulsivo, ingesta nocturna, etc), que se mezclan de forma insidiosa con conducta alimentarias normales. Lobo con piel de oveja, sin duda.... Y Desde mi punto de vista profesional, igual o más importantes que los archiconocidos Ana y Mía (anorexia y bulimia nerviosa), sobre todo por la gran vanalización y naturalización de éstos.

Este tipo de relación con la comida, caracterizado sobre todo por ingestas en forma de atracones- con mayor o menor gravedad- no conoce género. Cada vez existe una mayor incidencia de hombres que se dan atracones, premeditados o no, como consecuencia o de forma reactiva a problemas emocionales, de estrés, ansiedad, etc.

Los TCA han dejado de ser un problema casi únicamente de incidencia femenina. Sus redes han llegado al hombre sin perdonar testosterona ni modelos culturales basados en la contención de emociones. Trastornos transgénero que cada vez se extienden con mayor incidencia social, sin perdonar sexo ni edad.

Esto implica también un cambio en la construcción social de este tipo de problemas relacionados con la comida. Al entrar el hombre en la paleta de salida, se empieza a desfigurar algunas de las causas de los TCA en el sexo femenino. Personas no tan entendidas, moyoritariamente creían que se trataba de un deseo irrefrenable por la delgadez, o una obsesión por el culto al cuerpo, pero más allá de ésto se entiende que precisamente esta sintomatología centrada en el cuerpo-comida es el resultado- entre otras muchas cosas- de la frustración, la baja autoestima y otros problemas emocionales no relacionados ni con el cuerpo ni con la comida. La persona utiliza esta relación patológica con la alimentación como mecanismo para solucionar sus problemas. Y ahí está el quid de la cuestión.

La incursión del hombre en estos problemas, ha acercado a una sociedad ya acostumbrada a estos problemas y a sus causas a un único sexo. Hemos podido ver como el sexo fuerte socialmente construido también puede sucumbir a las garras de los TCA.

Noticia del Mundo.es: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/10/28/nutricion/1319824543.html